Parquimetreros: el nuevo poder de la calle
Necesito desahogarme respecto del gremio de los "parquimetreros", por lo menos de los de Providencia. Es impresionante el poder que tienen no sólo sobre los automovilistas, sino sobre toda persona que viva o trabaje en "su" sector. Procedo a explicar. Resulta que mi lugar físico de trabajo es una casa, con estacionamiento de casa, es decir, un portón y un pasillo por donde uno entra el auto. La calle donde queda esta casa es angosta, de una vía, y por un lado de la calle (justamente el lado donde está la casa) hay estacionamientos pagados, regulados por los "parquimetreros", que no son más que un parquímetro caminante. Hasta ahí no hay problema, porque los precios están regulados y ellos dependen de una empresa, que a su vez es seguramente una concesión de la municipalidad, por lo que uno queda tranquilo que no le van a cobrar de más o de menos, y que el auto queda relativamente seguro (ahora, que cobren un dineral, eso es otro tema). Los parquimetreros, nada de tontos, tienen clarísimos todos estos beneficios, por lo que abusan. No pueden cobrar más, claro está, entonces cómo sacan un poco más de plata, cómo aprovechar al máximo los espacios disponibles. Lo obvio: poner los autos apretujados. Lo un poquito menos obvio, usar unos pocos centímetros de cada entrada de autos, sumando sumando, pueden estacionar yo creo que hasta 3 autos más con ese sistema. Ya ese punto me tenía un poco molesta, porque salir se transforma en una verdadera ruleta rusa, porque no se ve quien viene, apenas quepo por el portón y además hay que preocuparse de no chocar los autos que asoman su nariz o su cola en MI espacio. Pero ya lo aún menos obvio, y que terminó por enfurecerme, es el sistema de "muñequeo" ultra sutil que usan. Me saludan cada mañana, muchas veces me abren el portón para que yo no tenga que bajarme...pero junto con eso, empieza la patudez: "va a volver?", "vienen a trabajar mañana sábado?" "su jefa anda de viaje?"....pequeñas preguntitas q hasta podrían parecer "amorosas". Una persona desconfiada como yo, rápidamente piensa "quieren asaltar" "van a datear", etc.; pero de repente, como una iluminación divina, cae la verdad: tienen controlados cada uno de nuestros movimientos con el afán de ocupar nuestra entrada para estacionar algún auto al que no le cobran por parquímetro, sino un monto arbitrario, enteramente para sus bolsillos. En simple, la "picardía del chileno" en todo su esplendor. Ahora bien, para asegurarse la ejecución perfecta del plan, hacen "migas" con los residentes del sector, como para que uno diga "bueno, si es re buena onda, para qué lo voy a "acusar". Pero yo lo acusé. Porque hoy día llegué un poco más tarde y había un auto olímpicamente instalado en la entrada, entonces vamos tocando la bocina, viene el tipo corre el auto, abre el portón y se hace el amable. Voy a almorzar (y me fijé que me miró cuando salí, caminando), vuelvo y nuevamente el auto instalado en mi entrada. Me pareció excesivo abuso de confianza y llamé para reclamar, pidiendo que por favor no se revelara mi identidad para no tener problemas. Lamentablemente el inspector que vino no pensó en eso y tocó mi timbre confirmando que de aquí habían llamado para reclamar. Y atrás el parquimetrero "pero porqué no me avisó"....y al final quien termina perturbada, nerviosa, muerta de vergüenza, incómoda y asustada? YO. Insólito no? Es el poder de la calle. Lo acuso y mi seguridad ahora se ve bastante disminuida. Y él, explicándole al inspector que el auto "se resbaló" desde su estacionamiento hasta mi entrada, por el "declive" de la calle. Lo divertido de eso es que en la mañana había corrido el auto en la otra dirección, es decir, el auto tendría que haber "trepado" para caer justo y de manera casi matemática delante de la entrada....que pena no tener más carácter, y no haberle dicho algo más asertivo. Al final él queda feliz, sabe que me tiene "agarrada", que no puedo ir contra él. Y yo, sin nada que hacer. Es el poder de la calle, igual que las mafias.
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